¿Somos los que creemos en la eAdministración miembros de un movimiento conspiranoico?
¿Es la eAdministración la versión burocrática del movimiento QAnon?
Estamos en época de teorías de la conspiración. Lo cierto es que los tiempos acompañan: hemos vivido una crisis económica histórica (y quizá venga otra), una pandemia mundial, una guerra… A esto se suman las redes sociales, los sistemas de desinformación y los bots, los canales de Telegram y cualquier innovación que haga que el corrillo a la puerta del casino del pueblo haya trascendido los límites de la realidad. No es difícil conocer teorías como QAnon, los chemtrails, los de los Illuminati, los terraplanistas, que Paul McCartney está muerto o cualquier otra cosa. Hasta hace poco eran colectivos que estaban en su rincón o que, como mucho, daban para el Código DaVinci o cualquier otro bestseller de aeropuerto, pero últimamente hemos tenido desde golpes de estado a bloqueos de fronteras o, para que negarlo, cadenas de mensajes que te atragantan el café en el desayuno.
El caso es que cuando uno lee (o escribe) el enésimo artículo, paper, reportaje o-lo-que-sea sobre por qué la eAdministración no funciona, no puede evitar recurrir a caminos transitados por estas teorías. Así que, mi pregunta legítima en este artículo es ¿necesitamos un gorro de papel albal? ¿Tendríamos que montar nuestro reddit o pedir el ingreso en 4chan (que no sé si nos dejarían)? ¿Deberíamos compartir más en Whatsapp y menos en Linkedin? Vamos a ver.
¿Qué es una teoría conspiranoica?
Para hacer nuestro test voy a seguir una fuente muy preocupada por este tema: la Comisión Europea, que tiene esta página para reconocer si estamos ante una teoría conspiranoica o no. Según dice:
La creencia de que fuerzas poderosas y malintencionadas mueven secretamente los hilos para manipular determinados sucesos o situaciones.
Bueno, hay que decir que este primer check lo tenemos. Llevo aproximadamente desde el año 2000 estudiando estos temas (entonces había módems de 56 kb y tenía que poner el desvío de llamada para que mi tía no cortara mi conexión con sus llamadas) hablando de la postburocracia, la administración en un clic, los servicios orientados a la ciudadanía y cómo no tendríamos que ir a ningún sitio más a hacer un papel en nuestra vida.
22 (ay) años después ni hay mucho menos papeleos, no hacemos tantos clic (la administración ha vivido más que el ratón mecánico), ni desde luego los servicios son proactivos. Y, por supuesto, hay una serie de fuerzas a las que culpamos habitualmente, pero no dejéis que os desvele quiénes son antes de tiempo.
¿Qué tienen en común las teorías conspiranoicas?
Sabiendo que el fondo lo compartimos, vamos a ver si la forma también
1. Una supuesta trama secreta
Check (a medias).
Los mismos años que llevo oyendo hablar de la eAdministración llevo oyendo hablar de:
resistencias al cambio,
los intereses “de arriba”,
el ahorro de que no pidamos servicios públicos,
el lobby de los fabricantes de software y consultoras,
la ineptitud de los políticos
Si no habéis dicho esto para explicar por qué seguimos haciendo colas y rellenando formularios, no sé por qué estáis suscritos (pero os quiero igual).
Digo que check a medias, porque en lo que falla es en que creamos que hay una “trama”. El problema es que una “trama” requiere algún tipo de organización y, realmente, no confiamos mucho en que los que se resisten al cambio, los de arriba, los contables, el lobby de los proveedores de servicios y los políticos torpes puedan o vayan a organizarse. Como mucho, consideramos que la suma de estas inoperancias hacen una maquinaria perfecta para impedir el avance de la tecnología.
Un grupo de conspiradores
Check total y absoluto.
No tenemos un solo grupo de conspiradores, tenemos muchísimos, muy variados y de todos los tipos.
Los funcionarios que pasan de todo y solo desayunan
Los informáticos, que están en su mundo
Los funcionarios informáticos (¿quién puede superar eso?)
Los políticos, que a fin de cuentas, una cosa más que se les ponga encima no la van a notar.
Las grandes consultoras porque, bueno, no creo que haya que explicarlo
Las grandes multinacionales que velan por sus intereses y no pagan impuestos
Los hackers (a ser posible, rusos, con capucha y mitones porque no tienen para calefacción)
Los usuarios que no saben bien.
Las compañías de internet
Seguro que me dejo alguno, pero como veis, nos sobran y seguro que tendremos nuevas incorporaciones en breve.
3. Pruebas que parecen apoyar la teoría de la conspiración
Check.
Coger cualquier página web de la administración y compararla con Amazon y decir “si no lo hacen bien es porque no quieren”… Si queremos hacer la frase completa, junta uno de los grupos con uno de los intereses, como por ejemplo, los funcionarios se resisten al cambio, o los políticos quieren ahorrarse servicios.
El remate de esto siempre es cuando tenemos algún amigo, compañero, conocido (o nosotros mismos) que podemos hacerlo mucho mejor que esa gente, lo que demuestra que no lo hacen bien porque no quieren. El bonus track es cada vez que sale una licitación de algo de tecnología, ya sea la web del Congreso, del Ayuntamiento de Calasparras (por decir, que a lo mismo no han tenido ningún problema) o, dios no lo quiera, el último escarceo en el metaverso de cualquier consorcio, consideramos que se paga mucho, esta mal planteado, no tiene sentido o lo haríamos con una raspberry pi.
4. Sugieren falsamente que nada es accidental y que las coincidencias no existen; nada es lo que parece y todo está relacionado
Check, a medias.
No podemos decir que todo esté relacionado, porque, de nuevo, imaginarse que los funcionarios informáticos van a organizarse con las grandes consultoras para hacer webs de mala calidad indicaría que:
los funcionarios tendrían que dejar de desayunar
las grandes consultoras dejar de contar dinero en sus guaridas.
Todo está relacionado, si: los políticos son unos gañanes, los funcionarios unos vagos, los consultores unos trileros y los informáticos son para darles de comer a parte. Digamos que el nivel de relación que creemos que hay es el del estado de salud del señor Burns: hay tanto inútil que al final la cosa tira mal, pero no puedes quitar a ninguno.
5. Dividen el mundo entre buenos y malos
Check total.
Los de la eAdministración somos del tipo de gente que creemos que hay dos tipos de personas: nosotros y los burócratas-resistentes-al-cambio-orientados-al-papel.
Es más, hemos añadido una estructura de “proto-movimiento” conspiranoico con el comodín de que si alguien hace un proyecto de administración digital y sale mal, no es administración digital.
6. Utilizan a determinadas personas y grupos como chivos expiatorios
Check
Me remito a los puntos anteriores, los colectivos señalados son casi todos acusados habituales, pero no todos son igual de “chivoexpeiatoreables”. Los políticos están a lo suyo y las grandes consultoras no pisan el mismo plano que los mortales. Así que el chivo expiatorio suele ser el personal funcionario de atención al público que acaba recibiendo todo el cariño acumulado tras varios intentos infructuosos de conseguir cita para renovar el DNI sin recurrir a la mafia calabresa.
Entonces ¿Somos conspiranoicos?
Evidentemente (espero que sea evidentemente), este es un artículo sarcástico. No hace falta que vayas al super a comprar un rollo de papel Reynolds para hacer un cono y evitar que nos lean el pensamiento.
No somos conspiranoicos, pero quizá hemos volcado tanto nuestra esperanza en a dónde queremos llegar que hemos olvidado que el camino es largo y difícil. Tanto como para haber pasado del modem analógico a la fibra óptica y seguir decepcionados con lo que nos cuenta pedir un documento que realmente no necesitamos. Estamos tan enamorados (con razón) de nuestra idea que no asumimos que para llegar a ella hay que hacer muchos cambios que no van a ser ni rápidos, ni fáciles, ni exentos de discusiones y polémicas.
Detrás de cada proyecto que no sale bien hay una explicación no siempre sencilla. Más allá de que haya funcionarios contrarios a hacer algo distinto a lo que han hecho siempre, consultores codiciosos, políticos especulativos e informáticos excesivamente meticulosos, la mayoría de los proyectos tienen muchas razones para no ser lo que esperábamos y para no funcionar.
Esto no quiere decir que no haya que criticar el fracaso: la pérdida de capacidad crítica es precisamente la que nos lleva a quedarnos donde estábamos o a convertirnos más en un culto tecnológico que en una fuerza de cambio. Se trata tan solo de que entendamos que tenemos que ser más exigentes con lo que debemos aportar y más comprensivos con cosas que no funcionan porque no son tan simples como puedan parecer.
Pensar en los culpables de lo que sale mal solo nos lleva a pensar en conspiraciones y aumentar nuestra frustración. Entender las motivaciones de lo que no sale como esperábamos nos lleva a crecer.
En la película Sol Naciente (1993), el personaje de Sean Connery venía a decir algo así como que los japoneses, cuando hay un problema, no se dedican a buscar culpables. Se dedican a buscar soluciones. Y por eso su personaje valoraba tanto la cultura japonesa. Tal cual el último párrafo de este delicioso y, evidentemente, sarcástico artículo ¡Gracias Sergio!