La Transformación Digital como familia disfuncional: Encanto
Transformación Digital desde una perspectiva familiar
Por mucho que me guste el cine, las obligaciones y las pandemias han hecho que no pueda ir casi nada durante los últimos años. Las únicas excepciones han sido las pelis que he ido a ver de corte familiar con mis hijas. Una de las últimas ha sido Encanto, una película de Disney con canciones de Lyn Manuel Miranda, que tiene una clara inspiración en la migración y las relaciones familiares. Sin embargo, creo que, yendo un poco más allá de esta lectura tan emotiva, en verdad habla de algo más amplio y universal: las expectativas, los roles y cómo las buenas intenciones y propósitos pueden suponer una carga enorme para las personas. Así que, tras dar unas cuantas vueltas a la película, pensé que muchos de los conflictos de los personajes nos hablan de muchos retos que están presentes en la transformación digital.
Ojo, aquí va a haber spoilers de la película, si no la habéis visto y pensáis hacerla, mejor que no sigáis
La película parte de una premisa bonita: una familia que por un milagro, cuando estaban emigrando de su ciudad por la violencia que había, funda una casa mágica en la que cada uno de los integrantes tiene un poder mágico, menos una: Mirabel (que coincide que es nuestra protagonista). Mirabel es un poco el patito feo de la casa pero, siendo un cuento y la protagonista, os podéis suponer que será clave para salvar el futuro de la casa y de la propia familia, que se ve amenazado por una oscura profecía.
Los secundarios: quienes hacen las Transformación Digital
La primera persona que me viene a la cabeza, y que me sirvió para empezar a tirar del hilo es Luisa Madrigal, que tiene la canción que más me gusta, aunque no la más famosa. Luisa tiene una fuerza sobrehumana y está todo el día haciendo las tareas más pesadas. Da igual lo que le pidan, siempre está levantando pesos, empujando cosas, ayudando a la gente a hacer cosas que no puede hacer por si misma. Como Luisa es fuerte y musculosa, nadie se espera que esté sobrepasada, estresada y angustiada, teniendo que hacer de los imprescindible a cosas simples que podrían resolverse de una manera muy sencilla. Este es su conflicto: le encanta ayudar y puede hacerlo, pero es una tensión que le puede y le hace ser mucho más débil y vulnerable de lo que creen sus familiares. Luisa, para mi, es como el servicio de IT de cualquier organización: tiene que estar desde evitando un hackeo a instalando parches, y todo ese peso recae en esas personas. Casi que llevan la casa a hombros.
La segunda persona que me llamó la atención es la “guapa” oficial de la familia, que va llenando de flores todo: Isabela Madrigal. Ella es la típica hija casadera que va siempre de punta en blanco y que no tiene una buena relación con su hermana. Sin embargo, a lo largo de la película descubrimos que Isabela no quiere ser la “guapa” ni quiere casarse con el galán que la pretende (sé que el lenguaje es anticuado, pero oye, la película está inspirada, como mucho, en principios del siglo XX). Isabela en verdad no quiere ser bonita, sino que quiere hacer cosas bonitas: no quiere ir dejando un reguero de flores, sino que quiere usarlas para pintar y expresar sus sentimientos. Es un poco el problema de muchos departamentos de diseño de servicios digitales, a los que se les da la instrucción de hacer algo bonito (con mucho logo, imagen corporativa y fotos de cargos institucionales), en lugar de usar el diseño para poder ayudar a las personas a usar los servicios bien.
El tercer personaje que me llama la atención es Antonio, el que recibe sus poderes el último en la película. Antonio recibe el poder de hablar y entender a los animales. El papel de Antonio Madrigal resulta curioso porque, en realidad no necesitaba su poder: antes ya entendía a los animales. Ahora simplemente lo tiene más fácil. Creo que es el departamento de atención a la ciudadanía: no necesita un poder, entiende al público, solo le falta poder transmitirlo.
Dolores Madrigal es otro personaje similar. Ella tiene super-oido y puede escuchar todo (además de estar enamorada del galán de Isabela). Dolores a lo largo de la película tiene un papel importante al hacer saber a otros miembros de la familia lo que otras personas dicen. Es nuestro departamento de comunicación (interna).
Y ahora vamos a por los tres principales.
Bruno Madrigal es el hijo desaparecido de la familia, expulsado (o autoexpulsado) de la casa por una profecía que hizo acerca del fin de los poderes de la casa y de la familia. Su tema (el gran éxito del año gracias a las redes sociales) habla ya no tanto de su desaparición, sino de que el resto de la familia se niega a hablar de él porque hacerlo sería reconocer este miedo a perder sus poderes. Nuestro Bruno no es una persona en concreto en la organización, pero si es la que advierte de que las cosas no van del todo bien, o no saldrán como se espera. En esos casos suele haber cierto ostracismo y, sobre todo, la organización no suele aceptar que las proyecciones y planes no saldrán como se espera. Entonces, en efecto, nadie habla de Bruno, ni del fracaso, ni de lo que no va bien, ni de por qué no va bien (salvo para echar las culpas).
De líderes y personas: el auténtico cambio digital
La abuela Alma Madrigal es, junto a Mirabel, el personaje más importante de la historia. Está entre una super heroína (huyó con su marido de su casa, fundo otra, y crió sola a sus hijos, haciendo que prosperaran) y una tirana que no acepta que nada se salga del plan que mantiene a la familia segura. La abuela Madrigal retrata los retos del liderazgo y la dirección: ella es la responsable de que la familia se mantenga cohesionada y que todos se ayuden, pero esto hace en muchas ocasiones que se aniquile los intereses del resto de la familia u obviar a las personas que no parecen importantes. Igual que los líderes y los directivos, no siempre hay comprensión para ellas ni para su papel, y sólo al final con esa maravillosa canción de las oruguitas entendemos la importancia de tener una visión y, a la vez, de como el conjunto de la visión hace que no veamos el detalle de cada persona en una organización.
Mirabel es la última, la protagonista y la que no tiene ningún poder, sin embargo, ella es la que tiene que salvar a la familia de perder la magia. Aunque el argumento está más centrado en el tema de la confianza, el amor y el respeto, hay dos cosas que me gustan mucho de Mirabel y de lo que simboliza. Por un lado, Mirabel es la que hace que todas las personas de la familia se encuentren felices en la familia y no a pesar de la familia. Esto es algo muy importante en el entorno organizativo y en el cambio: hacer a las personas felices dentro de la organización y no a pesar de ella. En segundo lugar, y para mí más importante, es que el auténtico cambio ( y la prosperidad, en este caso) llegan cuando la gente puede acceder a ellos sin superpoderes. Es decir, la Transformación Digital no será tal si las personas que no saben de tecnología, ni de diseño, ni de comunicación, ni de atención al usuario, sepan usar todos los recursos y elementos digitales de manera natural en su trabajo. El cambio es real cuando deja de ser un cambio para ser lo cotidiano.
Pues eso es todo. Espero que os haya gustado y que, si no habéis visto la película lo hagáis, porque realmente vale la pena. Si, además, os sirve para entender un poco lo complejo de las relaciones humanas, las expectativas colectivas y los deseos individuales, pues mira, eso que os lleváis ganado.
Hasta el mes que viene
Pues yo me he sentido muchisimas veces como Camilo Madrigal, camaleonica segun el departamento en el que estas y transparente en la mayoria. Es lo que tiene haber sido durante muchos años Responsable del Departamento de Calidad y Modernización...
Hola, yo me siento cada día como Bruno varias horas al día. Para los usuarios intensivos (gestores, etc.) que tenemos que lidiar con múltiples sistemas de identificación, múltiples aplicativos, etc. la transformación digital es un vía crucis. Y nadie habla de ello porque a los directivos de todo tipo de organismos no les interesa y además desconocen totalmente el día a día de los usuarios.