Cuidado con la eAdministración Kardashian
Cuando vemos el final de la película sin entender lo que ha pasado antes
Uno de los enigmas de la vida contemporánea para mí es la familia Kardashian. No es que vea mal o bien quienes son, lo que hacen o su público. Es un enigma, porque, de repente, un día vi un chiste sobre Kim Kardashian en Cómo conocí a vuestra madre, busqué en wikipedia y no entendí nada de lo que decían. Luego, en las revistas del corazón y programas de crónica rosa, también hablaban de ellas, pero no sabía muy bien lo que hacían. Un día me enteré de que tenían un reality (no sé si serán varios, la verdad) y me comentaba una prima mía que trabajaba en el canal que lo emitía que era lo que tenía máxima audiencia. Ahora, viviendo al otro lado del atlántico, veo la dimensión del fenómeno, y aún lo entiendo menos.
El caso es que tras analizar un poco el tema me di cuenta de que básicamente es una familia de mujeres famosas que son famosas porque salen en la tele y por eso mismo son famosas (más o menos). Para mucha gente las Kardashian son un referente (por lo que sea), aunque los méritos son, como poco, discutibles y derivados de la fama. Ahí ya si que veo, algo que asocio, porque en el mundillo tecnológico hay proyectos y servicios que son claramente kardashian.
¿Qué es un proyecto Kardashian?
Un proyecto, tecnología o empresa Kardashian tienen los siguientes rasgos:
Es básicamente imagen. Hay proyectos digitales que no han hecho hasta el momento nada que no sea “molar” o “prometer mucho”
Mola, porque mola el proyecto. El mérito del proyecto es ser el mismo. Cualquier cosa relacionada con el proyecto mola porque está relacionada con el proyecto.
Su posición es fruto de una posición de privilegio. Las Kardashian son gente rica. El estilo que tienen es resultado de poder dejarse un dineral en estos temas. Grandes proyectos digitales son muy pintones porque los hacen organizaciones muy grandes o con un gran equipo de comunicación.
No se valora el coste económico. Como es gente de dinero, no se pone en valor lo que cuesta ese dinero y lo que le supondría a una persona normal. Las Kardashian (igual que muchas grandes empresas) gastan un dineral como quien va a comprar una docena de huevos.
Parte de la propuesta de valor es el aplauso. Gran parte del mérito es que “algo tiene el agua cuando la bendicen”, si hay mucha gente hablando bien de ello, será que es muy bueno.
Creo que muchos proyectos digitales son Kardashians auténticas. Esto no es malo para ellos, el ego, la fama y el éxito son cosas que agradan bastante (y como bien saben las Kardashian es muy lucrativo), pero si no eres muy rico y tienes mucha gente que te aplaude, acabas siendo un mamarracho o mamarracha.
¿Cómo identificar una eAdministración Kardashian?
Si adaptamos esta idea de proyectos a la Administración pública, tenemos también proyectos Kardashian, aunque en muchos casos tirando más al mamarrachismo que a las genuinas socialites. Una eAdministración Kardashian se reconoce por:
Hay más gente haciendo fotos/eventos/comunicados que trabajando en hacer algo concreto
El propósito es la modernización. Si decimos modernización y no decimos que esa modernización sirve para ofrecer valor a la ciudadanía, estamos ante una auténtica Kardashian.
Parten de un visible apoyo político que abre las arcas presupuestarias. Como al concejal-ministro-presidente-alcalde, etc. le gusta mucho el proyecto que moderniza, hay barra libre de fondos.
Cuesta una locura y no sabemos muy bien para qué va a servir. Una eadministración Kardashian dilapida partidas presupuestarias como Atila segaba cabezas ¿Servirá para algo? Pues para ser modernos y famosos.
El ruido del aplauso efusivo es atronador. Un proyecto Kardashian tiene un grupo de gente muy fan que aplaude mucho y muy enérgicamente. Eso no quiere decir que haya mucha gente aplaudiendo, porque a fin de cuentas, la eadministración Kardashian es algo muy de nicho… pero si además le preguntas a la gente “qué opina de este proyecto” mire con perplejidad absoluta.
Al final una eAdministración Kardashian queda como una parodia muy costosa de lo que creemos que debe ser el servicio público.
¿Cómo evitar caer en el kardashianismo?
Todo el mundo que tiene un poco de inseguridad se plantea si no está haciendo el Kardashian alguna vez en la vida. Así que os paso un checklist por si os tiemblan las canillas. Si respondéis a todo que sí, no os preocupéis, no tendréis reality, pero desde luego no estaréis gastando mucho para reconfortar vuestro ego.
¿Sabes a quién le va a servir el servicio que prestas? Con un poco de especificidad, nada de generalidades como “la gente” o “la ciudadanía”
¿Tienes idea de lo que aporta a esa persona? Es decir ¿Qué gana usando eso? Como a veces creemos que lo que nos gusta le gusta a todo el mundo, esto, pregúntatelo tres veces.
¿El aparato funcionaría igual de bien aunque no dediques un dineral a la campaña de marketing? Ojo, hay proyectos que requieren comunicación para el éxito, como los de participación, pero si un proyecto que se vende como participativo no tendrá uso porque el tema sobre el que se consulta no importa… has sido kardashianado.
¿Tienes claro cómo tiene que ser el servicio al final? El reality de las kardashian no va de nada que no sea las kardashian haciendo cosas. Hay proyectos de eAdministración que solo existen porque se están haciendo y que han convertido su construcción en el propósito. Un proyecto de eAdministración tiene un alcance y un resultado. Si no lo tienes claro, ve preparando el chandal.
¿Vas a gastar menos de lo que va a aportar? No soy de los que piensan que lo público puede ser rentable, pero no podemos hacer proyectos costosísimos sin pensar que van a aportar, ya sea en términos económicos, sociales o medioambientales.
En resumen
Estoy seguro de que todos estáis pensando en Kardashians digitales públicas y privadas que conocéis. Yo conozco unos cuantos, pero tampoco creo que sea necesario sacar los colores a nadie… uno reconoce una Kardashian genuina (o incluso a una imitadora) a varios metros de distancia. De hecho, posiblemente en los próximos años, en la efusividad de los PERTES encontremos varios ejemplares antológicos…
Si las veis, huid en el otro sentido y, sobre todo, aseguraos de no convertiros en una sin daros cuenta.
¡Me ha encantado Sergio! Y el pronóstico a cuenta de los PERTE... Haciendo un Regreso al Futuro, también recuerdo los planes E de 2009 y 2010, en concreto el segundo, que abrió el campo a proyectos informáticos que seguramente bordearian el kardashianismo. Espero tener en cuenta tus señales para saber reconocer los peligros
Genial. He conocido varios Kardashian y algún Potenkin. Con el PERTE se están haciendo más de uno y dan vergüenza. Hay uno concreto que lo tengo en el punto de mira: sobre todo porque todos miran para otro lado cuando saco el tema. Un proyecto con una inversión con la que se podría poner un cohete en la luna, que no tiene clientes, y cuyo mantenimiento va a ser insostenible para la administración en cuestión cuando se acaben los fondos. ¿eso es un Kardashian o es un sálvame de luxe?