10 cosas que he aprendido en 10 años de analítica pública
Una revisión personal de 10 años de andar por aquí y por allá
Hace ya 10 años que hago esto. En este periodo han pasado muchas cosas
de las que he hablado en el blog. Quiero aprovechar el newsletter un poco para hacer una reflexión más personal. ¿Por qué? Porque cuando abrí el newsletter decidí que la gente que estuviera lo bastante interesada como para dejar un email (que parece poco con la de veces que lo dejamos, pero es muchísimo si piensas que es un acto consciente y voluntario) se merecían algo más personal que lo que hacía en el blog. Para mi, por decirlo de una manera, si recibes el newsletter eres una persona “premium”: me has dado tu confianza y te mereces mi sinceridad.
Estos 10 años han sido, con sus más y sus menos, los 10 mejores años de mi vida profesional y personal y ha sido gracias, en gran medida a vosotros. He contado cientos de veces que esto es un experimento que se fue de las manos, pero lo cierto es que me ha hecho tan feliz que no ha parecido ni siquiera un trabajo.
Cuando dejé la universidad lo hice pensando que la “revolución digital” era algo tan único en el tiempo, y nosotros tan privilegiados de vivirla, que no me bastaba con mirar: quería hacer. En esta década he podido hacer algunas cosas, he conocido a muchas personas, he aprendido muchísimo, he enseñado un poco por aquí y por allá y he tenido el raro privilegio de poder hacer esto viendo crecer a mis hijas y acompañando a mi mujer a dónde fuera. Un privilegio, ¿Verdad?
Pero más allá de eso, quiero hacer una especie de “EP” solo para vosotros y, de la misma manera que he revisado (con poca originalidad) 10 cosas que han cambiado y 10 cosas que no lo han hecho en lo digital, quiero contaros 10 cosas que he aprendido en este tiempo. No siempre ha sido fácil ni placentero, pero ha sido enormemente útil. No las he reflexionado mucho, no las he ordenado y no las he corregido porque creo que la espontaneidad es un indicador de lo importante que son en mi manera de pensar.
10 cosas que he aprendido haciendo Analítica Pública
Lo digital va de personas (y no sabes cuanto). Esta es la primera y más evidente. Es tan evidente que parece un lugar común, pero creo que incluso si lo repitieras cientos de veces, no haría justicia a lo importante que es entenderlo. No es sólo que para digitalizar algo hay que contar con las personas y que si no cambia la manera de actuar de las personas no hay digitalización que valga… es que este tipo de cambios son fruto de emociones y sensaciones: confianza, tranquilidad, satisfacción, inseguridad… todo eso es gestión de las relaciones con las personas. Si sabes hacerlo es todo más fácil, si no sabes, las probabilidades de fracasar son casi totales.
Gran parte de lo que no funciona, no funciona bien por buenas razones (se curioso, no juzgues).Hay cientos de cosas que nos parecen lo peor y que no entendemos y, sin embargo, están ahí por algo. Un problema de la consultoría es pensar que lo que está mal es fruto de adocenamiento, negligencia, incapacidad o falta de ingenio y, sin embargo, a poco que escuches puedes descubrir que hay algo que lo explica. A veces es un peligro real, otras veces es algo tan remotamente probable, pero traumático para las organizaciones (que también tienen traumas) que la ansiedad de su eliminación es insuperable. Antes de pensar que algo es una basura, escucha las razones de que exista.
Las cosas solo cambian cuando no te conformas. Que algo tenga una razón no significa que sea la mejor manera de hacerlo. Si una solución parece mala es necesario replantearse todo para ver si encontramos una opción mejor. Solo cambiamos cuando no nos conformamos. Todo el mundo habla de “no reinventar la rueda”, pero preguntale al señor Goodyear… la rueda estaba ahí y lo que la mejoró.
Los grandes proyectos ocurren paso a paso. En el mundo digital es relativamente fácil dal el salto a la disrupción, y eso es estupendo y motivador. Sin embargo, el cambio requiere pasos de asimilación, maduración y avance. He visto (y he experimentado) proyectos que han fracasado porque se han quedado en el paso más corto que podían dar porque no se atrevían (o no podían) ir más lejos. Encontrar el punto en el que puedes impulsar un cambio lo bastante grande para que tenga sentido pero no tan ambicioso que se rompa la cadena es quizá el punto más sensible de cualquier proyecto de este tipo.
Te vas a equivocar, si o si (y cuando te equivoques, más te vale que te sirva para algo). Es inevitable equivocarse, y es inevitable que esos errores sean a veces grandes. El cambio es cambio porque no se ha hecho antes, así que en verdad todo forma parte del aprendizaje o, como dirían los Philadelphia 76ers, parte del proceso. Eso no quiere decir que actúes de manera irresponsable o que vayas a provocar el fracaso, procura hacer las cosas lo mejor posible, pero cuando vayan mal, que irán mal, toma tiempo y aprende de qué ha salido mal y, sobre todo, cómo podrías hacerlo mejor en el futuro.
La facilidad es una sensación, no un conjunto de atributos. Puedes diseñar un servicio con todos los estándares y mejores prácticas y puede salir rana porque la sensación que le deja a las personas es que no es fácil. Lo sencillo, lo fácil, lo agradable, son sensaciones y las sensaciones de las personas no suelen ser negociables.
La amabilidad siempre compensa. No me refiero a la amabilidad de tipo “cortesía”, sino de tratar de tener un buen trato con todas las personas. En un tiempo en el que nos hemos apañado para que “buenismo” sea un insulto, creo que una de las cosas que más me han hecho crecer como profesional y como persona, es respetar y apreciar a la gente, sus intenciones y sus esfuerzos.
Pensar en grandes proyectos solo hace que acabes antesdeayer. Hay que ser ambicioso con los sitios a los que quieres llegar, pero hay que ser consciente de los ritmos que tienen las cosas y de que el mundo cambia rápido. Podríamos enumerar una gran cantidad de enormes proyectos públicos digitales que han llevado años y que cuando han arrancado ya estaban anticuados. Un gran viaje empieza con el primer paso y tiene una meta, pero generalmente hay que dar todos los pasos entre medias.
Las organizaciones tienen sus ritmos. Cada organización tiene un ritmo y rara vez te van a dar la bienvenida por poner a correr a alguien que, posiblemente, ya tenga un carné de baile bien saturado.
No es donde está, sino a donde va. Decía Wayne Gretzky (el mejor jugador de hockey hielo de todos los tiempos) que su secreto no era dónde iba el puck, sino ir a dónde iba a estar un segundo después. Cualquier proceso de cambio en una organización requiere pensar qué problemas y soluciones vas a encontrar conforme avanza el cambio. Es fácil que te equivoques y acabes en otro sitio, pero si has hecho todo lo anterior, escuchas a las personas con las que trabajas y piensas un poco, posiblemente no acabes muy lejos… y eso es una gran ventaja.
Muchas gracias
Si esto ha llegado a 10 años ha sido gracias a ti, así que no sabes lo que te lo agradezco. En el viaje he conocido a muchas personas del sector público, del sector privado, de lo digital, de lo organizativo… de todo tipo, de las que he aprendido un montón de cosas y, a algunas de ellas, las puedo llamar amigos o amigas sin miedo a equivocarme. No me atrevo a mencionar a nadie porque seguramente me dejaría a muchísimas personas y no quiero hacer el feo.
Estos 10 años han sido un privilegio de los que creo que muy poca gente disfruta, pero quizá llega el momento de ir tomando nuevos aires.
A saber donde estaremos en otros 10….
PS: Por algún motivo alguien ha tenido la idea de nominarme al premio Novagob de la comunidad con gente tan grande como Joaquìn Meseguer, Carmen Seisdedos y Adrián Vicente. No voy a hacer campaña porque es una cosa agotadora, pero si te animas a pasarte a votar (y, para que negarlo, no es un premio buscado, pero a nadie le amarga un dulce), puedes votar aquí… son dos segundos y haréis feliz a este bloguero en pijama.
Verás Sergio, creo que los que debemos de estar agradecidos somos los que habitualmente te leemos, porque habitualmente aprendemos de ti. Destaco lo de habitualmente porque habitualmente eres una persona muy generosa. Cuanta gente hay repartida por el mundo que se calla lo que sabe, porque piensa que si otro sabe lo que yo se, podría utilizarlo y podría perjudicarme. Pero tu no eres de esos. Llevo años leyendo lo que escribes, y lo que aprendí de ti, tiene un enorme valor, incluso económico.
Sirva como ejemplo lo que nos has escrito hoy: las 10 cosas que has aprendido haciendo analítica pública a lo largo de estos 10 años: 10 años de aprendizaje resumido en unos párrafos (diría que estamos ante los 10 mandamiento de las buenas y eficientes personas), pues te digo que esto tiene un enorme valor, incrementado exponencialmente por el hecho de compartirlo de manera abierta a todo el mundo.
Gracias amigo. Seguiré leyéndote otros 10 años, a la espera de que entonces podamos leer otro resumen como este. Un saludo desde Galicia.